Los Humanos desobedecen a Dios

Comunidad

Recordando lo que ha estado pasando en la vida de cada uno desde la última vez que nos vimos, ¿Qué es eso por lo que estamos agradecidos?
¿Qué nos ha estresado esta semana y qué necesitamos para que las cosas mejoren?
¿Qué necesidades hay en nuestra comunidad y cómo podemos, como familia en la fe, apoyarnos para atender estas necesidades?
¿Cuál fue la historia la última vez que nos reunimos? ¿Qué aprendimos sobre Dios y las personas?
En nuestra última reunión, decidimos aplicar lo que aprendimos. ¿Qué hicimos y cómo nos fue?
¿Con quién compartimos algo de la historia anterior? ¿Cómo respondieron?
Identificamos varias necesidades la última vez que nos reunimos y planeamos atender esas necesidades. ¿Cómo nos fue?
Ahora, leamos la historia de Dios de hoy...

Génesis 3:1-24

¹ La serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Conque Dios les ha dicho: “No comerán de ningún árbol del huerto”?». ² La mujer respondió a la serpiente: «Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; ³ pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, Dios ha dicho: “No comerán de él, ni lo tocarán, para que no mueran” ». ⁴ Y la serpiente dijo a la mujer: «Ciertamente no morirán. ⁵ Pues Dios sabe que el día que de él coman, se les abrirán los ojos y ustedes serán como Dios, conociendo el bien y el mal». ⁶ Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió. ⁷ Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. ⁸ Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día. Entonces el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. ⁹ Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?». ¹⁰ Y él respondió: «Te oí en el huerto, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí». ¹¹ «¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo?», le preguntó Dios. «¿Has comido del árbol del cual Yo te mandé que no comieras?». ¹² El hombre respondió: «La mujer que Tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí». ¹³ Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué es esto que has hecho?». «La serpiente me engañó, y yo comí», respondió la mujer. ¹⁴ Y el Señor Dios dijo a la serpiente: «Por cuanto has hecho esto, Maldita serás más que todos los animales, Y más que todas las bestias del campo. Sobre tu vientre andarás, Y polvo comerás Todos los días de tu vida. ¹⁵ Pondré enemistad Entre tú y la mujer, Y entre tu simiente y su simiente; Él te herirá en la cabeza, Y tú lo herirás en el talón». ¹⁶ A la mujer dijo: «En gran manera multiplicaré Tu dolor en el parto, Con dolor darás a luz los hijos. Con todo, tu deseo será para tu marido, Y él tendrá dominio sobre ti». ¹⁷ Entonces el Señor dijo a Adán: «Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él”, Maldita será la tierra por tu causa; Con trabajo comerás de ella Todos los días de tu vida. ¹⁸ Espinos y cardos te producirá, Y comerás de las plantas del campo. ¹⁹ Con el sudor de tu rostro Comerás el pan Hasta que vuelvas a la tierra, Porque de ella fuiste tomado; Pues polvo eres, Y al polvo volverás». ²⁰ El hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes. ²¹ El Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió. ²² Entonces el Señor Dios dijo: «Ahora el hombre ha venido a ser como uno de Nosotros, conociendo ellos el bien y el mal. Cuidado ahora, no vaya a extender su mano y tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre». ²³ Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. ²⁴ Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones para guardar el camino del árbol de la vida.

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Aplicación

Ahora, pidamosle a alguien que vuelva a contar la historia, pero está vez, con sus propias palabras, como si se la estuviera contando a un amigo que nunca la ha escuchado. Ayudémosle si deja algo por fuera o agrega algo por error. Si esto sucede, podemos preguntarle: "¿Dónde encuentras eso en la historia?"
¿Qué nos enseña esta historia acerca de Dios, Su carácter y lo que Él hace?
¿Qué aprendemos acerca de los seres humanos, incluyéndonos a nosotros mismos, en esta historia?
¿Cómo pondremos en práctica esta semana, la verdad de Dios reflejada en esta historia? ¿Qué acción o cosa específica haremos?
Antes de que nos volvamos a encontrar, ¿Con quién vas a compartir una verdad de esta Historia? ¿Conoces a alguien más que le gustaría descubrir la palabra de Dios en esta aplicación como lo estamos haciendo nosotros?
Ahora que nuestra reunión llegó a su fin, decidamos cuándo volveremos a reunirnos y quién facilitará nuestro próximo encuentro.
Te animamos a que anotes lo que has dicho que vas a hacer y a que vuelvas a leer esta historia días antes de volvernos a reunir. El facilitador les puede compartir el texto o el audio de la historia si alguien no lo tiene. A medida que avanzamos, pidámosle al Señor que nos ayude.

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