¹⁰ También toda aquella generación fue reunida a sus padres. Y se levantó otra generación después de ellos que no conocía al Señor, ni la obra que Él había hecho por Israel.
¹¹ Entonces los israelitas hicieron lo malo ante los ojos del Señor y sirvieron a los Baales. ¹² Abandonaron al Señor, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y siguieron a otros dioses de entre los dioses de los pueblos que estaban a su derredor; se postraron ante ellos y provocaron a ira al Señor. ¹³ Dejaron al Señor y sirvieron a Baal y a Astarot.
¹⁴ La ira del Señor se encendió contra Israel, y los entregó en manos de salteadores que los saquearon. También los vendió en mano de sus enemigos de alrededor, y ya no pudieron hacer frente a sus enemigos. ¹⁵ Por dondequiera que iban, la mano del Señor estaba contra ellos para mal, tal como el Señor había dicho y como el Señor les había jurado, y se angustiaron en gran manera.
¹⁶ Entonces el Señor levantó jueces que los libraron de la mano de los que los saqueaban. ¹⁷ Sin embargo, no escucharon a sus jueces, porque se prostituyeron siguiendo a otros dioses, y se postraron ante ellos. Se apartaron pronto del camino en que sus padres habían andado en obediencia a los mandamientos del Señor. No hicieron como sus padres. ¹⁸ Cuando el Señor les levantaba jueces, el Señor estaba con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todos los días del juez. Porque el Señor se compadecía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. ¹⁹ Pero cuando moría el juez, ellos volvían atrás y se corrompían aún más que sus padres, siguiendo a otros dioses, sirviéndoles e inclinándose ante ellos. No dejaban sus costumbres ni su camino obstinado.
²⁰ Entonces se encendió la ira del Señor contra Israel, y dijo: «Por cuanto esta nación ha quebrantado Mi pacto que ordené a sus padres, y no ha escuchado Mi voz, ²¹ tampoco Yo volveré a expulsar de delante de ellos a ninguna de las naciones que Josué dejó cuando murió, ²² para probar por medio de ellas a Israel, a ver si guardan o no el camino del Señor, y andan en él como lo hicieron sus padres». ²³ Así pues, el Señor permitió que aquellas naciones se quedaran allí, sin expulsarlas enseguida, ni las entregó en manos de Josué.
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