Dios busca a los perdidos

Comunidad

Recordando lo que ha estado pasando en la vida de cada uno desde la última vez que nos vimos, ¿Qué es eso por lo que estamos agradecidos?
¿Qué nos ha estresado esta semana y qué necesitamos para que las cosas mejoren?
¿Qué necesidades hay en nuestra comunidad y cómo podemos, como familia en la fe, apoyarnos para atender estas necesidades?
¿Cuál fue la historia la última vez que nos reunimos? ¿Qué aprendimos sobre Dios y las personas?
En nuestra última reunión, decidimos aplicar lo que aprendimos. ¿Qué hicimos y cómo nos fue?
¿Con quién compartimos algo de la historia anterior? ¿Cómo respondieron?
Identificamos varias necesidades la última vez que nos reunimos y planeamos atender esas necesidades. ¿Cómo nos fue?
Ahora, leamos la historia de Dios de hoy...

Lucas 15:1-24

¹ Todos los recaudadores de impuestos y los pecadores se acercaban para oír a Jesús. ² Y los fariseos y los escribas murmuraban: «Este recibe a los pecadores y come con ellos». ³ Entonces Jesús les dijo esta parábola: ⁴ «¿Qué hombre de ustedes, si tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la que está perdida hasta que la halla? ⁵ Al encontrarla, la pone sobre sus hombros, gozoso. ⁶ Cuando llega a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos, diciéndoles: “Alégrense conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido”. ⁷ Les digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento. ⁸ »¿O qué mujer, si tiene diez monedas de plata y pierde una moneda, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta hallarla? ⁹ Cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas, diciendo: “Alégrense conmigo porque he hallado la moneda que había perdido”. ¹⁰ De la misma manera, les digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente». ¹¹ Jesús añadió: «Cierto hombre tenía dos hijos; ¹² y el menor de ellos le dijo al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde”. Y él les repartió sus bienes. ¹³ No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo perdidamente. ¹⁴ »Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. ¹⁵ Entonces fue y se acercó a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. ¹⁶ Y deseaba llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. ¹⁷ Entonces, volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! ¹⁸ Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ¹⁹ ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores’ ” ». ²⁰ «Levantándose, fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó. ²¹ Y el hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo”. ²² Pero el padre dijo a sus siervos: “Pronto; traigan la mejor ropa y vístanlo; pónganle un anillo en su mano y sandalias en los pies. ²³ Traigan el becerro engordado, mátenlo, y comamos y regocijémonos; ²⁴ porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado”. Y comenzaron a regocijarse.

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Aplicación

Ahora, pidamosle a alguien que vuelva a contar la historia, pero está vez, con sus propias palabras, como si se la estuviera contando a un amigo que nunca la ha escuchado. Ayudémosle si deja algo por fuera o agrega algo por error. Si esto sucede, podemos preguntarle: "¿Dónde encuentras eso en la historia?"
¿Qué nos enseña esta historia acerca de Dios, Su carácter y lo que Él hace?
¿Qué aprendemos acerca de los seres humanos, incluyéndonos a nosotros mismos, en esta historia?
¿Cómo pondremos en práctica esta semana, la verdad de Dios reflejada en esta historia? ¿Qué acción o cosa específica haremos?
Antes de que nos volvamos a encontrar, ¿Con quién vas a compartir una verdad de esta Historia? ¿Conoces a alguien más que le gustaría descubrir la palabra de Dios en esta aplicación como lo estamos haciendo nosotros?
Ahora que nuestra reunión llegó a su fin, decidamos cuándo volveremos a reunirnos y quién facilitará nuestro próximo encuentro.
Te animamos a que anotes lo que has dicho que vas a hacer y a que vuelvas a leer esta historia días antes de volvernos a reunir. El facilitador les puede compartir el texto o el audio de la historia si alguien no lo tiene. A medida que avanzamos, pidámosle al Señor que nos ayude.

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