¹ Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a Sus discípulos: ² «Los escribas y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. ³ De modo que hagan y observen todo lo que les digan; pero no hagan conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen. ⁴ Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
⁵ »Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues agrandan sus filacterias y alargan los adornos de sus mantos. ⁶ Aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ⁷ y los saludos respetuosos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabí.
⁸ »Pero ustedes no dejen que los llamen Rabí; porque Uno es su Maestro y todos ustedes son hermanos. ⁹ Y no llamen a nadie padre suyo en la tierra, porque Uno es su Padre, el que está en los cielos. ¹⁰ Ni dejen que los llamen preceptores; porque Uno es su Preceptor, Cristo. ¹¹ Pero el mayor de ustedes será su servidor. ¹² Y cualquiera que se engrandece, será humillado, y cualquiera que se humille, será engrandecido.
Nueva Biblia de las Américas (NBLA) Copyright © 2005 by The Lockman Foundation La Habra, California 90631 Sociedad no comercial - A Corporation Not for Profit Derechos Reservados - All Rights Reserved www.NuevaBiblia.com (Español) www.lockman.org (English)