¹⁶ para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo.
¹⁷ Por tanto, en Cristo Jesús he hallado razón para gloriarme en las cosas que se refieren a Dios. ¹⁸ Porque no me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, en palabra y en obra, ¹⁹ con el poder de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios, De manera que desde Jerusalén y por los alrededores hasta el Ilírico he predicado en toda su plenitud el evangelio de Cristo.
²⁰ De esta manera me esforcé en anunciar el evangelio, no donde Cristo ya era conocido, para no edificar sobre el fundamento de otro; ²¹ sino como está escrito:
«Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de Él, verán,
Y los que no han oído, entenderán».
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